La Copa América Femenina 2025 ya se juega en tierras ecuatorianas. El torneo continental arrancó con la energía que lo caracteriza. Para nuestra selección, el camino empezó con un trago amargo. Una derrota dura contra Chile nos obliga a mirar el panorama completo. El sueño de avanzar sigue vivo.
Sin embargo, ahora exige más corazón y, sobre todo, mucha inteligencia en la cancha. La Blanquirroja Femenina tiene el deber de levantarse de inmediato. De hecho, la reacción del equipo es lo que más se espera y los pronósticos prometen.
El golpe inicial y la herida en el marcador
El debut en la competencia fue un golpe seco. Perdimos 0-3 contra Chile el 12 de julio. Este resultado duele no solo por los puntos perdidos. Aún así, la abultada diferencia de goles complica cualquier cálculo a futuro. En torneos cortos, cada gol cuenta al final.
Lo más preocupante es que la derrota ocurrió contra una selección chilena sin su máxima figura. La portera Christiane Endler no participa en esta edición. Parece que nuestras dificultades defensivas son más profundas de lo que se pensaba. Por lo tanto, nuestra selección enfrenta una situación delicada desde el arranque.
El rompecabezas del Grupo de la Muerte
Nuestro equipo se encuentra en el Grupo A. Es una zona verdaderamente complicada. Competimos contra el anfitrión Ecuador y la poderosa Argentina.
Además, están la competitiva selección de Chile y un Uruguay que viene mejorando. Argentina se perfila como el rival más fuerte del grupo. Su tercer lugar en la edición de 2022 y su clasificación al Mundial lo demuestran.
Cada partido para Perú femenino será una final. No hay margen para el error ni tiempo para lamentos.
Fantasmas del pasado y el reto de anotar
La historia reciente no juega a nuestro favor. Los números en las últimas Copas América son fríos y crueles. En 2022 nos fuimos sin anotar un solo gol y recibimos dieciocho. Esta estadística es un fantasma que persigue al equipo.
La falta de contundencia adelante ha sido nuestro talón de Aquiles. Superar este bloqueo mental es fundamental para competir. El calendario que se viene es exigente y no perdona.
- 15 de julio: vs Ecuador (19:00 hora peruana) en el Estadio IDV.
- 18 de julio: vs Uruguay (16:00 hora peruana) en el Estadio IDV.
- 21 de julio: vs Argentina (16:00 hora peruana) en el Estadio IDV.
Un faro de talento en medio de la tormenta
A pesar del panorama adverso, hay luces de esperanza. El equipo cuenta con individualidades que pueden cambiar un partido. La presencia de Mia León es un claro ejemplo. Su experiencia jugando en el Real Madrid de España aporta una jerarquía distinta. Ella puede ser la conductora que el mediocampo necesita.
Además, la experiencia de veteranas como Sandy Dorador y Fabiola Herrera es invaluable. Ellas deben aportar la calma y el liderazgo necesarios en momentos de presión. Su rol será clave para guiar a las más jóvenes.
La estrategia del ‘sí se puede’ con los pies en la tierra
¿Qué camino le queda a Perú? Parece que la respuesta está en el pragmatismo. Contra rivales de mayor peso, la solidez defensiva es la base de todo. El equipo debe ser un bloque compacto. Debe cerrar espacios y ser muy disciplinado tácticamente. A partir de ahí, se puede pensar en hacer daño.
El contraataque se presenta como la principal arma ofensiva. Debemos aprovechar la velocidad para sorprender. La reciente victoria por 3-2 sobre Cuba en un amistoso demostró que el equipo tiene gol. Esa capacidad debe aparecer ahora más que nunca.
Redefiniendo la victoria un cupo a los Panamericanos
Hay que ser realistas. Pensar en las semifinales después del 0-3 inicial es muy difícil. No obstante, el torneo ofrece otra oportunidad valiosa. Terminar en el tercer lugar del grupo nos daría la chance de pelear por el quinto puesto. Dicha posición otorga un cupo directo a los Juegos Panamericanos.
Clasificar a ese certamen sería un logro inmenso para el fútbol femenino peruano. Supondría una inyección de moral y un paso adelante en el desarrollo del proyecto. Quizás, la verdadera victoria para este equipo sea esa. Un objetivo tangible que justifique el esfuerzo y alimente la ilusión a futuro.